
En un contexto competitivo nacional cada día más exigente, preparar autos de carrera en Tucumán no resulta una tarea sencilla. De hecho, las ventajas que se dan por, por ejemplo, no contar con una pista para probar, complican cualquier plan. A situaciones como esta supo bien cómo sobreponerse Sebastián Chincarini y los integrantes del Yiyo Competición.
En su foja de servicios de 2017 hay muchas carreras, efectuadas en certámenes tan disímiles como el Turismo Nacional, el Car Show Santafesino y el Certamen de Pista de Salta. Cosecharon éxitos, lograron puestos de podio, sufrieron decepciones. Pero nunca bajaron los brazos y fueron por más en cada carrera.
Bernardo Ortega fue el piloto que manejó un Renault Clio asistido por el Yiyo en el TN. Lucas Salvatierra (entre ellos) se subió a una de sus unidades (un Fiat Uno) en el CSS. Y distintos pilotos de Tucumán, de Salta y de Jujuy le pusieron sus manos al volante a los coches del TP 1.400.
De todas las unidades, sin dudas que la que condujo Salvatierra es que más alegrías le dio a “Seba”. “Sabíamos desde que empezamos a construir el auto que era para ir a ser protagonistas. Pero nunca nos imaginamos un desarrollo tan rápido. Vamos a seguir laburando más que nunca para seguir siendo protagonistas y seguir dando pelea”, dijo en su momento.
Una instancia complicada para “Seba” y su gente fue cuando, en agosto, coincidieron en el mismo fin de semana las carreras del TN y del Salteño. ¿Cómo lograron salir adelante?. El preparador lo explicó: “la verdad que fue muy complejo ordenar el equipo, tanto en el tema herramientas como en el de gente. Tuvimos que traer a varios chicos para poder cumplir con lo que ya teníamos pautado y responder bien”.
¿Qué les depara 2018? Atendiendo a los antecedentes, casi con seguridad el equipor irá por más. Claro, con el orgullo de llevar a Tucumán a la consideración nacional.