
En la historia del motociclismo tucumano, Mario Arturo Yanicelli adquirió un nombre propio. El aclamado piloto, que dejó de existir en las últimas horas, corrió infinidad de competencias, se codeó con los mejores de la disciplina y hasta hizo amigos en el automovilismo, como Nasif Estéfano.
“El Baby”, como le decían, murió a los 81 años, de cáncer en los pulmones. Su deceso causó una honda congoja en los distintos ámbitos donde su espigada figura se hacía presente. Lo sobreviven su esposa María Elena (Doña “Nena” para sus íntimos), sus cuatro hijos (Celeste, Alejandra, Claudia y Analía), además de nietos. Sus restos fueron inhumados en la empresa Flores y fueron llevados al cementerio de Los Nogales.
En 2014, el diario La Gaceta le hizo un extenso reportaje, en el cual Yanicelli contó parte de su historia en la actividad motor y en otras en las que se desempeñó. Se puede leerlo completo en ESTE LINK.
“El Baby” será recordado como un gran amigo y un apasionado de las máquinas de dos ruedas, a las que no abandonó ni siquiera en los últimos tiempos.



