En plena final de la Clase 2 del Turismo Nacional en Posadas, se vio por televisión cómo Lucas Mohamed, que venía 16° en la pista y avanzando, dejaba su VW Gol Trend a la vera del circuito, cerca de un grupo de banderilleros. Sin escenas anteriores en que se lo haya visto golpear el coche, ni salidas de la cinta asfáltica, llamó la atención el abandono. ¿Qué es lo que pasó? El yerbuenense lo cuenta…
“Con el equipo habíamos hecho unos cambios en la puesta a punto del auto que le cayeron muy bien. De hecho, lo estaba disfrutando. Pero a mitad de carrera noté que el producto que se utiliza para que el agua se deslice por el parabrisas dejó de salir. Entonces, por la intensidad de la carrera, empezó a pegarse tierra colorada y aceite en el vidrio. Todo se fue empastando y terminó por romper el limpiaparabrisas. No se veía nada. Era un peligro que me mantenga en la pista. Entonces decidí parar. Pude ver que había un grupo de banderilleros, fueron mi referencia para llevar el coche cerca de ellos y no poner en riesgo a nadie”, contó.
El abandono de Lucas lo privó de un buen resultado. “Fue una pena total no poder seguir, pero esto es así. Siempre ocurren es por algo, no hay que ponerse locos. Sí puedo decir que pese a lo sucedido, me siento contento y satisfecho, porque encontramos con el equipo y en poco tiempo una muy interesante línea de trabajo. Siento que otra vez somos competitivos, ya se alinearán los planetas.”
El próximo desafío que le espera a Mohamed y a su gente es, nada menos, el de Las Termas, a fin de mes.