
Quienes llevan años en Tucumán siguiendo la pasión del automovilismo, seguramente recordarán a Carlos Pérez, un entusiasta amante de la disciplina a quien el ambiente está dándole su último adiós. Tenía 70 años.
Sus restos son velados en la sala de Pasaje Padilla primera cuadra, y serán inhumados el viernes 27, a las 11, en el cementerio Parque de la Paz.
Pérez, que se dedicaba al comercio, era dueño de un carácter que le reportó un sinfín de amigos: su don de gentes era más que conocido y su permanente buen humor se hacía sentir en todo momento, al punto que no lo abandonó incluso en los últimos años cuando una enfermedad lo alejó de los motores.
En los ’60 y en los ‘70 hizo carreras a bordo de un Gordini. Años más tarde, compitió también en el APTC 850. Fue en 2007 cuando, a instancias de sus amigos, decidió volver y lo hizo en un Gran Premio Histórico organizado por el Automóvil Club Argentino.
Aquella vez, en carácter de debutante, se subió a un Peugeot 404 (con cuentavueltas y velocímetro estándar) navegado por Juan Carlos Ruiz Pesce, “Este tipo de carreras son ideales para rememorar hitos del automovilismo”, apuntó en ese momento en un reportaje de La Gaceta. En esa edición, la prueba pasó por Tucumán y hubo otros representantes tucumanos: Moisés Kira-José Zappella: Luis Fernández San Martín- Ricardo Ríos Zubielqui; Julio Germán Moya-Pablo Hernández; Ernesto Frías Silva-“Baby” Sogno.
En 2010 ya iba por su tercera experiencia, siempre con el 404 y bajo la estructura del equipo Los Quilmes. Alternó con navegantes tales como Elías Cabbad.