
Para los que corren, los que van a ver correr, para los que juegan a ser pilotos algún día.
Para los que compitieron en su momento, no pudieron seguir haciéndolo, pero nunca más se olvidaron lo que es acelerar.
Para los que arman “autitos” con rulemanes y para los que entienden de motores.
Para los que derrapan con la frescura que les da la edad. Y para los que abren grandes los ojos cuando escuchan un motor encendido.
Para todos aquellos que abrigan el sueño de ser grandes algún día, sin perder el espíritu de chicos.
En un kart, en una moto. Ellos son felices. En un kart, en una moto, muchos fueron felices.
Para los niños de hoy. Para los que lo fueron y hoy son adolescentes, hombres.
Para todos, ¡feliz día!