Es tiempo de aprender y crecer para “Seba”

El éxito que está teniendo Sebastián Chincarini, como preparador de autos, es evidente en las categorías salteñas. Por esta razón, decidimos visitarlo en su taller, en el pasaje Jorge Luis Borges al 1200, para que nos cuente un poco acerca de su gran presente.

– ¿Cuándo volvés a correr?

– Creo que las expectativas de competir las voy a tener siempre. La idea con mi viejo y los chicos del taller es que vuelva, pero por ahora, las condiciones no están dadas. Estoy totalmente abocado a la preparación, algo que también me apasiona.

Me dedico al 100% al taller en este momento, buscando evolucionar todo el tiempo. Queremos brindar un buen servicio. Desde que dejé de correr y comencé a preparar, tuve, y aún tengo, muchos coches de otros corredores a mi cargo. Ahora son seis las máquinas en las que nos encontramos trabajando. Además, hay un par de motores y de chasis que también me encargo de atender. Realmente estoy muy conforme, sobre todo porque mis clientes también lo están.

– ¿Qué diferencia hay entre el piloto y el preparador?

– Para mí no hay ninguna. A ambas tareas les pongo mucha pasión. De hecho, preparo los autos como si los fuera a utilizar yo, sin perder de vista ningún detalle. Así que todos están bien prolijos. La única diferencia, bastante obvia, es que cuando llego al autódromo, no me puedo subir a los vehículos.

– Con tanto trabajo, ¿les alcanza el tiempo?

– Es difícil, pero tengo un equipo fantástico: “Beto”, “Maxi”, “Leo”, el “Oso”, mi viejo, un chico de Jujuy (que se suma en las carreras), y ahora también Juan Frías (que nos da una mano con la organización y las comidas). Estamos todos los días desde las 8 de la mañana hasta la noche. A veces, cuando es necesario, trabajamos hasta cerca de la medianoche. Pero este es el momento de aprender y crecer, no hay que bajar los brazos.

– ¿La adquisición del banco de pruebas fue fundamental?

– Sí, es algo que mi papá (“Yiyo”) siempre quiso tener, desde que le atendía los autos a Bernardo Ortega. Pero la inversión era muy grande hace un tiempo. Yo recién empezaba y todavía no tenía tantas obligaciones. Sin embargo, lo charlamos con mi esposa (“Flopy”) y decidimos comprarlo. A partir de ahí se mejoró muchísimo. De una carrera a otra bajamos un segundo y medio los registros. Además, te ahorra mucho tiempo de trabajo. Es gracias al banco que puedo atender tantas máquinas a la vez. Si no la tuviera, tendríamos que ir a probar a la ruta, tarea que lleva muchas horas. Es una herramienta excepcional. Le estamos agarrando la mano y mejorando muchos elementos en los motores.

– ¿Solo te dedicas a la competición?

– No, también atendemos coches de calle. Estamos muy ordenados, tenemos personal para trabajar en las dos partes.

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