
Muchas historias se pueden escribir de Jorge Cupeiro, fallecido a los 83 años durante el domingo. “El Gallego”, nacido en Buenos Aires, se convirtió en una leyenda del automovilismo argentino debido a sus logros en las carreras de las que participó durante los años 60 y 70.
Fueron 41 las victorias que logró Cupeiro en distintas categorías de automovilismo, bajo el padrinazgo de José Froilán González. Lo particular es que su debut en el mundo de la velocidad se produjo en una moto, a los 18 años.
Durante su carrera, participó de desafíos en categorías como la Mecánica Argentina F1 (fue campeón en 1971) y el Turismo Carretera (resultó subcampeón en 1965 y fue el gran rival de los hermanos Emiliozzi). En esta última, con un Chevrolet Súper Nova, fue protagonista de un cambio estético y técnico. El “Chevitú” fue un auto que marcó un antes y un después. Y consolidó su historia a partir de su primera victoria, el 13 de marzo de 1965 en “Oscar y Juan Gálvez” de Buenos Aires.
Cupeiro ganó las “500 Millas de Rafaela tres veces: en 1966 (con Maserati); en 1970 y en 1971 (con Trueno Sprint Chevrolet F1).
También corrió en 1966 en Europa, con la Escudería Automundo de Fórmula 3. Pudo llegar a la Fórmula 1, pero prefirió retornar al país.
Otro hito en la carrera deportiva de Cupeiro fue haber tomado parte de la Misión Argentina en las “84 horas de Nürburgring”, en 1969, con los Torino 380 W, dirigida por Juan Manuel Fangio. Compartió el auto N°2 con Eduardo Rodríguez Canedo y Gastón Perkins.
“El Gallego” se retiró de las carreras en 1977, pero permaneció ligado al mundo del automovilismo.