
Desde esta foto que compartió Ariel Rosales en octubre de 2015 se puede reconstruir (parte) de la historia que la rodea. En la imagen, sacada en el predio del ex Club Náutico, se puede ver, a la espera para ir a largar el último prime del Rally de El Cadillal de ese año (se corría por cuarta vez allí, en este caso organizado por Auto Club Alberdi), a Andrés Reginato, a Ricardo Collado (h), al propio Ariel y su hermano Nelson, a Gabriel Gubaira y a Luis Catálfamo.
Reginato y Collado (h) terminaron como ganadores en aquella prueba, en la que participaron 25 binomios. Mientras Andrés se adjudicó la clasificación de la clase A-7 y la general, Ricardo no sólo triunfó en la A-6, sino que con los puntos que cosechó se aseguró la corona de ese año.
Reginato casi no corre aquella prueba. Dijo que, aunque no estaba de ánimo, terminó por acelerar el Renault 18 porque los integrantes del equipo Caram trabajaron mucho en el auto. El animador de la carrera fue su papá, Miguel, que lideró hasta muy cerca del final. A falta de una pasada para el final de la carrera, estaban separados por apenas 1″5/10. Pero entonces surgió lo inesperado: su R-18 comenzó a irse de cola por la pérdida de adherencia de los neumáticos, que no habían sido reemplazados a tiempo. Y aunque a Andrés le patinaba el embrague de su coche al romperse el retén de la caja, igual salió a fondo y terminó por ganarle a su padre por 8″
Collado (h) no se imaginaba campeón a falta de dos carreras para el final de la temporada. Pero hizo méritos acelerando a fondo hasta el final de la prueba de El Cadillal. Contó con un auto impecable que le entregó el Núñez Competición. Ello, más la navegación de Gubaira, lo hizo invencible. Al final de la carrera se dio una muy emotiva escena: papá Ricardo, que no pudo completar la carrera, lo esperó muy emocionado y se fundió en un abrazo entre lágrima con su hijo. Y una anécdota más: la dupla ganadora terminó siendo tirada por sus seguidores a la pileta del predio. Y el día no estaba para nada cálido…