
Allá por 2006, Andrés Humbert, entonces de 27 años, logró el sueño de convertirse en campeón de la categoría que crearon su tío Emilio y su papá Ricardo.
Habían pasado dos décadas desde que Andrés dio sus primeros pasos en el karting. Lo suyo fue perseverancia pura, y mucho corazón.
Humbert debutó a los 15 años en la F-4. En 1995 se convirtió en el competidor más joven del campeonato. Durante dos años (1996 y 1997) probó suerte en el rally, corriendo competencias en los niveles zonal y nacional. Hasta 2000 estuvo sin competir, y cuando volvió a hacerlo, aceleró en el rally, aunque sin continuidad. Fue en 2003 cuando decidió retornar a la F-4.
En crónicas de la época, Andrés dejó en claro que lo que consiguió era algo muy esperado. “Le dediqué mucho tiempo y sacrificio al auto. Siempre luché para ganar. Al auto me lo banqué yo, sin un auspiciante, aunque mi familia me ayudó”, aseguró.