
Allá por octubre de 2003, Lucas Mohamed registraba su regreso a la Clase 2 del Turismo Nacional y lo hizo en el autódromo de Salta, terminando 13° entre 40 participantes.
Lucas y su papá, “Lito” llegaron a Salta exhaustos por el enorme trabajo que tuvieron que hacer en los días previos en el taller de Yerba Buena en el VW Gol con el que participaron.
Debido a las especiales circunstancias, se propusieron como meta sólo terminar. Pero durante las 17 vueltas que duró la final en el “Martín Miguel de Güemes”, el Gol se comportó muy bien.
Esta carrera representó el regreso de Lucas a la acción en una categoría nacional, luego de más de dos años sin hacerlo (se había dedicado a correr en divisiones regionales). Y tuvo una circunstancia cargada de angustia en la previa.
Sucede que los Mohamed habían ido a Salta en días anteriores a la carrera, para probar el auto. Y, al volver, cerca de Metán, el guinche del trailer que trasladaba al Gol se partió. El vehículo se soltó y chocó contra el guardrail: quedó dañado el tren delantero. Al llegar al taller, los miembros del equipo debieron trabajar contrarreloj para poder poner de nuevo en estado a la máquina.
“No nos desanimamos, trabajamos día y noche. El auto no quedó todo lo bien que hubiésemos querido, pero al menos pudimos correr”, dijo Lucas en aquella oportunidad.